En la noche de este viernes se desarrollaba un acto simbólico en el terrero de lucha de La Graciosa de la mano del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Teguise que tuvo como objetivo concienciar de la necesidad de rebajar la contaminación lumínica para evitar el deslumbramiento y la caída de las pardelas jóvenes que inician su vuelo al mar.
Y es que cada año por los meses de octubre y noviembre comienza el aleteo de la pardela cenicienta, es decir, los pollos salen del nido y vuelan por primera vez detrás de sus padres. Muchas de ellas se deslumbran y desorientan con las luces exteriores de los pueblos costeros y se convierten en fáciles objetivos para sus depredadores.
“La pardela es un ave marina que está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Catálogo canario de Especies Protegidas. Es altamente vulnerable a la luz artificial y por eso, atenuando o apagando las luces exteriores de las viviendas o de las calles, podemos salvar la vida de muchas de ellas”, explica la concejala de Medio Ambiente, Myriam Jorge Camejo. Hay que recordar que la mayor colonia de estas aves en Canarias se localiza en el Archipiélago Chinijo.
Por eso, este viernes se celebró una velada musical en la que se encendieron unos farolillos que se confeccionaron en un taller juvenil, celebrado con anterioridad en la octava isla. Muchos de estos participantes acudieron al acto ataviados con el traje típico graciosero. Esta iniciativa se enmarcó dentro de las «Jornadas de sensibilización de la pardela» en las que colaboraron los ecologistas, Ginés Díaz, Jeremías Cabrera y Alexis Rivera, presidente de WWF, con una charla.
“El broche final a esta campaña de concienciación ha sido muy emotivo y nos ha servido para trasladar el recordatorio de que por estas fechas debemos rebajar nuestra contaminación lumínica para facilitar el vuelo seguro de estas aves”, ha dicho Jorge