El único Museo de Piratería del mundo ubicado en una antigua fortaleza cuenta con dos nuevas salas dedicadas a recuperar la historia de las invasiones piráticas sufridas en Lanzarote
Tras sufrir una tormenta en medio del Atlántico y quedar varados en una playa paradisíaca de Lanzarote, unos inesperados piratas han asaltado el Castillo de Santa Bárbara, antigua fortaleza situada sobre el volcán de Guanapay, coincidiendo con la inauguración que el Ayuntamiento de Teguise tenía prevista para celebrar el Día Internacional de los Museos.
Los piratas de la Compañía Actúa han entrado en el Castillo de Santa Bárbara, mientras los alumnos del IES de La Villa de Teguise y otros visitantes, conocían las dos nuevas salas que se abrieron este miércoles al público y que suponen un nuevo atractivo histórico y turístico para este centro de interés museístico al que acuden cada años más de 40.000 visitantes.
En lo alto del Castillo, el artista Matías Mata (Sabotaje al Montaje), ha realizado una representación artística en honor a los piratas y a la fauna autóctona en el Museo de la Piratería, que cumplió en febrero de 2016 sus primeros cinco años de vida. Las paredes de la Sala Tripulación lucen la obra del grafitero lanzaroteño, dedicada a animales característicos de las islas convertidos en piratas.
La Bodega, réplica de un antigua galeón pirata, es otro de los nuevos espacios expositivos que el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, la concejal de Cultura, Olivia Duque, y el consejero de Cultura de la isla, Óscar Pérez, inauguraron esta mañana con motivo del Día de los Museo, acompañados por los alumnos del IES de La Villa y la representación teatral de la Compañía Actúa.
El objetivo de estas dos nuevas salas es el de ofrecer una experiencia diferente y la posibilidad de conocer el museo de un modo creativo, multidisciplinar y divertido, teniendo en cuenta su trayectoria como centro didáctico y educativo.
“Nuestras edificaciones históricas están al servicio de la sociedad y su desarrollo, y abiertas al público para que conozcan el patrimonio material e inmaterial de la humanidad que alberga Teguise”, declaró el alcalde. “Hoy nos vuelven a invadir los piratas para poner de relieve la apuesta del Ayuntamiento de Teguise por investigar, conservar, exhibir y transmitir nuestro legado histórico y el mensaje de orgullo de ser un municipio llamado Teguise”, añadió Oswaldo Betancort durante la presentación, a la que acudió el máximo responsable de la cultura en Lanzarote, Óscar Pérez, que destacó la labor que a nivel municipal se realiza desde Teguise para “poner en alza su riqueza histórica y cultural”.
En ese sentido, Olivia Duque, como concejal de Cultura, felicitó a todos los que han participado en este proyecto “que persigue poner en valor un centro único como el Castillo de Santa Bárbara y el Museo pirático que alberga, con el que no solo comunicamos nuestra historia a los turistas sino que además ofrecemos una labor didáctica a nuestros jóvenes”. Olivia Duque también destacó los cinco años que ha cumplido la Casa-Museo del Timple, la cual ha abierto sus puertas hoy de forma gratuita para conmemorar este día.
El Museo de la Piratería acogió además la presentación del libro de Moisés Morán, “Alí, el canario”, novela que cuenta la historia de la vida de Simón Romero, más conocido como Alí el Canario, uno de los corsarios más importantes del siglo XVII y que surcó los mares del Mediterráneo y Atlántico llegando hasta las costas de Portugal.
Alí Romero, que también era conocido con este nombre, nació en el año 1639 en la calle Triana de Las Palmas de Gran Canaria en las Islas Canarias y a los 16 años fue capturado por un corsario argelino cuando pescaba en las costas de berbería en África.
Gracias a su valentía y a su habilidad logró hacerse un nombre entre los corsarios, compró su libertad y empezó a ejercer como corsario en Argel. Con el paso del tiempo se convirtió al Islam y construyó su propio barco, al que llamó el Canario. Se ganó la confianza del Bajá de Argel y este lo nombró máximo responsable de la taifa de los corsarios argelinos y poco después fue nombrado Gran Almirante de la Armada argelina y también fue embajador de Argel ante Turquía en dos ocasiones.
Mantuvo una relación muy especial con los esclavos canarios que estaban en Argel y se carteó con el Obispo de Canarias D. Bartolomé García Ximénez de Rabadán para resolver las cuestiones relacionadas con los esclavos canarios.
El de la Piratería, único museo en el mundo en un Castillo
La fortaleza de Santa Bárbara situada sobre el volcán de Guanapay es el producto de varias intervenciones que tienen sus inicios a mediados del S.XV cuando Agustín de Herrera y Rojas decidió hacer un refugio inexpugnable frente a los ataques piráticos que constantemente sufría Lanzarote.
El Castillo no solo tuvo la misión de ser Atalaya desde la que avistaban los peligros piráticos venidos del mar, sino que sus dependencias sirvieron de refugio a la población, mazmorra de reclusos y hasta palomar militar.
Lanzarote fue la isla más amenazada por la piratería internacional, el Museo se ha dividido en dos bloques históricos, uno el estudio de la piratería en Teguise, otro la piratería internacional en Canarias.
En las primera salas la historia de Teguise, como antigua capital, una maqueta del casco urbano muestra el poder político, militar y religioso de la Villa de Teguise, donde se encontraba la mayoría de la población de la isla, por ello sufrieron durante siglos jornadas de correría de invasores, que venían sobre todo en busca de esclavos.
En una segunda sala se estudia los más importante saqueos que conoció la isla de Lanzarote desde 1551 a 1618, piratas berberiscos como Morato Arráez, Tabac Arráez y Soliman. La visita también incluye una Sala de “Oficios en Teguise”, con comics, caricaturas y pequeñas esculturas que muestran el tipo de población que había en esta época histórica.
En los estrechos pasillos del Castillo se encuentran piratas internacionales como John Hawkins, Francis Drake, Robert Blake etc, la sala de armas, reproducciones de pistolones, sables y cañones propias de los piratas, una maqueta de un antiguo galeón español del S.XVIII con 106 cañones, que nos refleja que los navíos españoles eran los mejores armados del mundo, con vasto equipamiento para defenderse del abordaje de los piratas.
Por ser Canarias un archipiélago situado en la encrucijada de las rutas americanas, fue desde el Descubrimiento de América un escenario propicio para la piratería internacional. Este es el mensaje expositivo del museo de la Piratería en Teguise, que hoy incorpora dos nuevas salas: Tripulación y Bodega.